Seamos generosos.

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Aunque no tenga sentido que otros sigan el ejemplo de Dios como generosos dadores, no nos demos por vencidos. Asimismo, hermanos, les damos a conocer la gracia de Dios que ha sido dada a las iglesias de Macedonia: 2 que en medio de gran aflicción, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza sobreabundaron en riquezas de su generosidad. 3 Porque doy testimonio de que con gusto dieron conforme a sus posibilidades, e incluso más allá de ellas, 4 con gran súplica para que les concediéramos el privilegio de participar en este ministerio en favor de los santos. 5 Y no como esperábamos, sino que se entregaron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios;

2 Corintios 8:1-5

Cada uno de nosotros cursó la primaria y aprendió operaciones aritméticas, y una de ellas era la resta: tienes un número y le restas, y entonces tienes mucho menos. Así son las leyes de las matemáticas, pero tenemos las leyes de Dios que son totalmente opuestas en este sentido. Dios nos dice que cuando somos generosos, al dar más, recibiremos más en lugar de quedarnos con menos. El que más tiene, y el que más da, más recibe, como vemos en el siguiente texto.
38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando pondrán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, se os volverá a medir.

Lucas 6:38

El plan de Dios siempre es una bendición para nosotros y quiere que dependamos de la visión que Él tiene para nosotros, no de nuestra lógica. En este sentido, si nos basamos en nuestra lógica, veremos cuánto tenemos en nuestra cuenta para determinar cuánto podemos dar. Pero la Biblia nos enseña que todas las riquezas pertenecen a Dios y que todo lo que le damos es parte de lo que recibimos de su mano.
Cuando seguimos las directrices de Dios, sobre todo, procedemos con fe y confianza en el cuidado que Él tiene para nosotros. Aunque Dios no siempre provee según nuestros deseos o como esperamos, siempre podemos confiar y estar absolutamente seguros de que Él suplirá todas nuestras necesidades y bendecirá nuestras vidas de la mejor manera.
14 He aquí, del Señor tu Dios son los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y todo lo que hay en ella.

Deuteronomio 10:14

Él sabe absolutamente todo sobre nosotros: conoce nuestros sentimientos, nuestra forma de pensar, nuestras intenciones, y tampoco se libra de nuestras finanzas. Él sabe absolutamente todo sobre nosotros y siempre proveerá para nuestro bien, incluso en los momentos difíciles. Recordemos a la iglesia de Macedonia, que nos dio un ejemplo de generosidad al dar, incluso en los momentos difíciles, y ante las pruebas, lo hicieron con gran alegría.
2 Que en la gran prueba de aflicción, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en las riquezas de su generosidad.

2 Corintios 8:2

Tomémonos un tiempo para preguntarle a Dios qué quiere de nosotros para que demos. Dediquémonos a leer su palabra y a ser un poco más generosos cada día, para que el amor de Dios también se exprese en lo que damos.



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